LINDOSO, VILLA MEDIEVAL Y SU PARQUE NACIONAL PENEDA-GERES
El Parque Nacional da Peneda-Gêres, único parque nacional de todo Portugal, cuenta con 703 kilómetros cuadrados y se extiende por el extremo Norte del país. Ocupa buena parte de los distritos de Viana do Castelo, Braga y Vila Real, y comparte más de 100 kilómetros de frontera con el Suroeste de la provincia de Ourense, abarcando cuatro impresionantes macizos de granito, ofreciendo cima salpicadas de rocas desde donde contemplar la naturaleza en su estado más puro, profundos valles y frondosos alcornocales y pinares.
La serra de Peneda y la Serra do Gerês dan cobijo a más de cien remotas villas de piedra que han resistido al paso del tiempo, manteniéndose prácticamente intactas desde que se fundó el país en el siglo XII, y que en la actualidad son el verdadero tesoro de este parque.
Este lugar privilegiado permite preservar un singular conjunto de ecosistemas, notables yacimientos arqueológicos (dólmenes de la Edad de Piedra, antas, menhires) y un tipo de vida en peligro de extinción para sus habitantes humanos. Sus numerosos pobladores viven repartidos por aldeas y caseríos en los que se mantienen las tradiciones y una economía agro-pastoril en perfecta armonía con el entorno.
Las escasas carreteras que lo surcan desembocan en magníficos paisajes naturales, sin embargo, para descubrir sus mayores riquezas es recomendable recorrerlo a pie.
Con un medio de 130 días de lluvia al año, la región es extraordinariamente verde con una flora y fauna rica. La región se caracteriza por una abundancia de agua, a través de lagunas, ríos (como el río Cávado, el río Lima, el río Homem, el río Rabagão, el río Castro Laboreiro y el río Arado) y cascadas. A causa de esta cantidad de agua, se han construido muchas presas.
En cuanto a fauna y flora, en las zonas más remotas es fácil encontrar lobos ibéricos, jabalíes, tejones y nutrias, y si tienes suerte, también es posible ver algún corzo (símbolo del parque) o ponis salvajes. Los amantes de las aves disfrutarán contemplando milanos reales, águilas ratoneras, azores, águilas reales y varios tipos de lechuza.
El municipio medieval de Lindoso sigue fiel a su aspecto de siempre, desafiante con su castillo del siglo XIII —clasificado como Monumento Nacional—, con su embalse y su conjunto de eira y espigueiros únicos en Portugal.
La aldea está compuesta por típicas casas antiguas de granito, y fue desde los inicios de la nacionalidad portuguesa un importante punto defensivo. Prueba de esta importancia histórica y militar es su imponente castillo, que hoy alberga un interesante espacio museológico.
La fortaleza está situada en el lugar de Castelo, que además de museo cuenta con un entorno en el que se ubican más de medio centenar de hórreos de piedra de los siglos XVIII y XIX.
Cidadelhe es otro de los lugares que componen esta hermosa parroquia lindando con Galicia que ofrece magníficas vistas desde lo alto. Alberga los vestigios arqueológicos de una citania situada en una plataforma sobre el río Limia. Algunos historiadores ubican aquí la ciudad romana de Flavia Lambria.
¿Que son los espigueiros?.
Con la llegada de la cultura del maíz y la abundancia de granos, nació la necesidad de almacenarlos en grandes silos. Fue necesario construir estos graneros elevados que hacían la función de almacén y secadero de las semillas, al resguardo de la humedad y de los animales granívoros. Los espigueiros presentan, entre otras características, ranuras o ventanillas de ventilación y se asientan sobre patas o pilares de piedra con unas llamativas losas circulares en su parte superior que evitan la entrada de los roedores. Muchos están coronados por cruces que invocarían la protección divina de su preciado contenido contra cualquier daño o maldición.