LAS CHOZAS CENTENARIAS DEL PARQUE NACIONAL DE DOÑANA

LAS CHOZAS CENTENARIAS DEL PARQUE NACIONAL DE DOÑANA
Las Chozas de Doñana constituyen una de las tipologías edificatorias más antiguas de Andalucía. Son un claro ejemplo de arquitectura vernácula, en las que sus habitantes utilizan los materiales de entorno para realizar construcciones que se adaptan al clima, proporcionando un espacio que soluciona de forma sencilla y económica las necesidades básicas, integrándose discreta y bellamente en el paisaje.
El Parque de Doñana está situado al sudoeste de la Península Ibérica, con una superficie de 50.720 hectáreas, sus terrenos pertenecen a las provincias de Huelva y Sevilla. La característica más acentuada de Doñana es el contraste biogeográfico. Un rápido paseo por el Parque nos transporta de un sombrío bosque de pinos a la clara inmensidad de la marisma.

El denominador común de la mayoría de los suelos de Doñana es la salinidad, que los convierte en no apios para Id agricultura. Esta ha sido tina de las razones fundamentales que ha provocado la falta de grandes asentamientos estables, que generalmente nacen asociados a esta forma de vida. Sin embargo, el Parque es en si, un espacio muy productivo en el que la caza, la pesca, la apicultura, los aprovechamientos forestales y la ganadería, han atraído históricamente a personas de los alrededores, que encontraron en él un lugar donde obtener comida y cobijo.

La marisma es el ecosistema más rico, más cambiante, pero aparentemente más homogéneo y ciertamente más espectacular de los que componen el territorio de Doñana. Con la llegada del otoño y las primeras lluvias, la marisma se transforma en un mundo de fango. Poco después comienzan a llegar las primeras aves dando lugar en diciembre a una de las poblaciones de anátidas más numerosas de la tierra. En primavera comienza la reproducción masiva y con el verano la degradación y el ocaso de la marisma. Las aguas van desapareciendo, la vegetación va agotándose y las aves crecen y se marchan.

En el Coto de Doñana siempre hablan existido pinares, pero no es hasta 1737 cuando el VII Duque de Medina Sidonia realiza una repoblación masiva de estos árboles. Como consecuencia de esta intervención forestal se incrementó o el número de personas que subsistían gracias a los aprovechamientos tradicionales como carboneo recogida de la piña, obtención de madera, etc. Esto, unido a los denlos de colonizar la zona, dio lugar a finales del siglo XVIII a la aparición de varios poblados de chozas, en la zona del Coto conocida con el nombre de Las Marismillas, situada en la desembocadura del río Guadalquivir.

Las maderas usadas tradicionalmente para las chozas eran la sabina y el enebro, muy resistentes a la humedad y a los insectos. En la actualidad su uso está restringido por tratarse de especies protegidas, empleándose en su lugar el pino, que se convierte en la madera más empleada, y el eucalipto, que empezó a utilizarse más recientemente. La tala de la madera debe realizarse de septiembre a octubre este factor tiene una gran influencia en la posterior resistencia y dureza de la madera.

Los materiales utilizados para el revestimiento de las chozas son el junco, la castañuela, el brezo y el barrón. El primero es el más indicado para esta labor, Para el segado de esta planta se sigue utilizando el procedimiento manual de corte. La época más indicada para su siega y preparación es el verano. El junco se emplea para el recubrimiento exterior de la alberca y la cubierta, ya que debido a su estructura interna al comienzo de las lluvias el material experimenta un incremento de volumen que dificulta el paso del agua a través de los haces La castañuela se suele cortar a finales de verano, cuando se encuentra completamente seca. El brezo se utiliza para los cercados de los ranchos o de los huertos, como protección frente a la entrada de animales, también en los empotrados y en el recubrimiento de los paramentos de las cuadras. Por último, el barrón era utilizado por los colonos como revestimiento en las zonas bajas de la choza debido a que es más resistente.
 
Para las uniones se utilizan clavos de hierro, tornillos de acero que es el material que se utiliza actualmente para construcción de nuevas chozas y tomizas, cuerdas y alambres, empleados para realizar los empalmes de las latas, así como para la fijación del revestimiento exterior de las chozas.

Los elementos que intervienen en la construcción de una choza son los siguientes:

  • Muletas: son rollizos de 15cm. de diámetro y una longitud aproximada de 2,20m, con ellos se conforma la   estructura vertical de la choza.
  • Riostras: son rollizos de 10cm. Se colocan horizontalmente sobre las muletas, recorren el perímetro de la estructura.
  • Pontón: forma parte de la estructura vertical, sirve de soporte a la madre.
  • Madre: rollizo de aproximadamente 12cm. Forma parte de la estructura de la choza, colocado horizontalmente en la cumbrera sirve de apoyo a las alfajías.
  • Alfajías o Berlingas: rollizos de unos 10cm. Forman el entramado de la estructura inclinada de la choza. Se apoya en las riostras en su parte inferior y en la madre en la parte superior.
  • Tijeras: entramado Formado por rollizos de 10cm, colocados paralelamente al suelo en el punto medio entre la riostra y la madre. Por lo general, se colocan dos rollizos paralelos a los lados mayores de la choza conectada por cuatro o cinco rollizos paralelos a los lados mayores.
  • Latas: correas de madera de sabina de unos 3cm, que guarnecen exteriormente todo el entramado de rollizos disponiéndose paralelamente al suelo y rodeando el perímetro de la choza a distintas alturas.

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