EL RITO DE LOS PICAOS, SAN VINCENTE DE LA SONSIERRA
EL RITO DE LOS PICAOS, SAN VINCENTE DE LA SONSIERRA
El origen de este rito está unido a la Cofradía de la Vera Cruz, que estuvo ampliamente extendida en muchas zonas de La Rioja durante la edad media. Hoy día, la de San Vicente de la Sonsierra es la única que todavía mantiene vivo el rito de los disciplinantes.
El primer documento escrito que hace referencia a la Cofradía, es un decreto que data del año 1524. Existe otro documento escrito del año 1551 que recoge las reglas o estatutos de la Vera Cruz.
El rito de los Disciplinantes o “Picaos” es el único rito de penitencia disciplinante con sangre que queda en España. Durante muchos años, fue una práctica habitual en muchos lugares del país. Fue declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional en el año 2005.
Para ser uno de los disciplinantes o Picaos de San Vicente de la Sonsierra, hay que cumplir una serie de requisitos. Una vez aceptado el disciplinante, acude a la Hora Santa o a la Procesión para arrodillarse ante el paso al que le ha realizado la ofrenda.
Después, reza una oración y acto seguido se pone de pie para que su acompañante le retire la capa de los hombros. Es en ese momento cuando puede comenzar a golpearse con la madeja. Más o menos, está unos 20 minutos flagelándose (se dan entre 800 y 1000 golpes) para que a continuación la persona que le acompaña y el práctico decidan cuándo es el momento de pincharle.
Es en ese instante cuando el rito toma el nombre de Picaos, ya que el práctico le pica con una bola de cera virgen que lleva incrustados 6 cristales, con el fin de prevenir problemas posteriores.
Como dato curioso, cuando los Picaos de San Vicente de la Sonsierra terminan la penitencia, acuden a la Cofradía de la Vera Cruz para que les laven y les curen las heridas con agua de romero.