LAS CARANTOÑAS, SU HISTORIA Y TRADICIÓN
No se sabe con certeza el origen de esta fiesta ni el significado que tienen sus personajes.
De todas las explicaciones que se dan para clarificar sus orígenes y significados destacamos dos principales: una religiosa y otra pagana.
Se cree que hace muchos años sobrevino por los pueblos vecinos a Acehuche una gran epidemia de peste y los habitantes del pueblo se encomendaron a San Sebastián para que la peste no llegara al pueblo y como así ocurrió empezaron a hacer una fiesta en honor de este Santo. La opinión popular dice que representa el Martirio de San Sebastián, cómo, cuándo después de ser asaeteado, las fieras del bosque en vez de atacarlo, como era santo, lo respetaron. Las carantoñas representan las fieras y por eso van delante reverenciándose.
La "vaca - Tora" sería otro ser encargado de espantar a las carantoñas para que no molestaran al Santo.
Según la religión, ésta sería la explicación más lógica, pero también nos podemos preguntar: ¿Representan las carantoñas las tentaciones que hubo de vencer San Sebastián para alcanzar la santidad en la Corte del César?. ¿Representa la "vaca - Tora" el bravo proceder de Sebastián en su lucha contra el pecado?. ¿Defendió a San Sebastián aquella noche un toro bravo de otras fieras?.
De lo que si tenemos certeza es que hace más de trescientos años Acehuche tenía una ermita dedicada a San Sebastián; se llamaba la ermita de los Mártires. De ella solo sabemos que estaba en el Ejido de la villa y que su construcción era de piedra y cal y con el tejado a tejavana. Hoy no queda ningún resto de dicha ermita.
Aparte de la ermita, también se sabe que existía una cofradía que nombraba dos mayordomos cada año y se encargaba de cobrar una cuota a los cofrades para tener dos hachas (velas de cera grandes y gruesas) que ardían en los entierros de los difuntos de la cofradía. Tenía concedida bula y jubileo por tiempo limitado. Sin embargo de estas fechas no tenemos datos de cómo se celebraba la fiesta.
Hay teorías que identifican los símbolos de esta fiesta con los de otras fiestas paganas relacionadas con la fertilidad y la llegada de la primavera.
Sabemos que es tradición pagana común a muchos pueblos riberenos del Mediterráneo, que los hombres se transformen mediante la vestimenta de pieles de animales salvajes. En estos pueblos, los hombres de las pieles representan con sus bailes y gestos, ritos de apareamiento y celebraciones cuyo paganismo es evidente: la fertilidad, el ciclo de la vida que presagia la próxima primavera, las mieses despuntando ya en los campos...
Los símbolos más evidentes para estas hipótesis son:
- - La piel del macho cabrío: símbolo en todo el mundo mediterráneo de la capacidad viril de fecundación
- - La rama de olivo silvestre también es símbolo de fecundidad en el mismo marco geográfico.
- - El pimiento que cuelga de las caretas tiene un significado parecido
La fiesta, en total, si se desliga de lo católico, representa con fidelidad un encuentro entre hombres y mujeres en honor de alguna divinidad pagana que propiciara la fecundidad
Hay otra explicación que es unión de las dos anteriores. Esta dice que estos ritos paganos fueron asumidos por el cristianismo y los adaptó a su simbología, en nuestro caso a la historia de San Sebastián.
A finales del siglo IV gran parte de la Europa Occidental no era cristiana todavía y la cristianización fue un proceso que duró aún muchos siglos. Se considera que los más reacios eran justamente los pobladores de los campos. Así el término "pagano" o "paganus", el hombre del pago, vino a ser sinónimo de idólatra o no cristiano. Los propagadores de la fe no renunciaron a ningún método en su tarea: las destrucciones de los templos, de imágenes de dioses, de árboles sagrados, etc... etc., fueron sistemáticos, unidos, según los hagiógrafos a milagros que abrían los ojos a muchos de los incrédulos.
Pero también se dice que la Iglesia fue más dúctil y que sustituyó los cultos y devociones cristianas por las antiguas devociones paganas.
Los autores protestantes primero, los racionalistas después, llegaron a sostener que el culto a los santos, los ritos propios de las festividades y algunas leyendas hagiográficas, eran simples adaptaciones del paganismo y que la iglesia católica era heredera más de aquel que de la enseñanza de Cristo. Pero vayamos por partes:
No se han de negar algunas adaptaciones. No se ha de creer que todos los relatos hagiográficos tienen el mismo valor documental, ni se ha de negar que a los ritos de la iglesia se puede añadir o adherir algunas prácticas de sabor pagano.
Pero el problema de la tradición religiosa es mucho más complejo de lo que dan a entender autores del tipo de los indicados, sin contacto directo con los viejos cultos cristianos medievales.
La cristianización del campo europeo fue mucho más intensa de lo que supone el hacer énfasis sobre estos hechos de predicación insistente. Por muy fuertes que fueran las tradiciones paganas, la cocción, la presión que se ejerció sobre las masas desde el siglo IV hasta ya muy entrada la Edad Media, hizo, que de un lado, se desarrollaran vigorosamente todos los elementos de que constaba el cristianismos sistemáticamente organizado, con sus ritos, sus partes narrativas y sus partes dogmáticas, mientras que de otro, todo aquello que de modo ostensible podía oler a creencia o práctica pagana, se hallaba condenada de continuo por los cánones conciliares y otras leyes, no solo religiosas sino también civiles.
Si el cristianismo se convirtió así en una religión con mayúsculas, el paganismo como tal perdió fuerza y autoridad y quedó relegado a un rincón de las conciencias.
Lo que aún existe en los campos no es tanto una supervivencia de los viejos sistemas religiosos, como una serie de nociones que pueden vivir adheridas al cristianismo o enfrentadas a él sin que, por fuerza, dependan de un mundo religiosos pasado correspondiente a una sociedad desaparecida hace siglos.
En otros términos, la capacidad del campesino para dar a sus fiestas, ritos y actividades, un aire que pueda parecer pagano a ojos de un asceta, de un severo moralista o de un místico, es más bien funcional que de orígenes históricos o mecánicos relacionados con la idea de supervivencia de cultos griegos, romanos, etc.
A primeros de año nos encontramos con que todavía en bastantes lugares de Europa salen cortejos de jóvenes enmascarados de diversas suertes: vestidos de animales, de mujeres, de soldados, celebrando funciones más o menos complicadas como las del país vasco - francés Soulé o los Perchten germánicos. La vinculación de estas mascaradas al ritual cristiano es más difícil que cualquier otra porque desde el siglo VI por lo menos han sido condenadas, anatematizadas por los padres de la iglesia griega y latina, por los concilios y los cánones, por los predicadores y prelados en sermones.
No importa el significado de estas mascaradas como expresión de un "teatro" elemental y más aún que elemental con un aspecto cómico y otro satírico que se complementan, es mucho mayor que el que puede suponer el que no ha asistido a ellas. Esto lo podemos relacionar con otras mascaradas menos complicadas, como las "vaquillas" castellanas (las "vituale" antiguas) que tienen lugar con motivo de las fiestas de San Blas o San Sebastián.
De esta forma se pueden identificar las carantoñas con esos "males" o elementos perturbadores de la vida social que es necesario eliminar o alejar, para la buena marcha de la comunidad, de lo que se encargará la "vaca-Tora", dando por finalizado el festejo.
Pero así nos encontramos con la contradicción por ejemplo en el papel que desempeñan las carantoñas, consideradas como elementos perjudiciales que debían ser alejados, por un lado, y como seres no dañinos en la interpretación cristiana., puesto que respetaron a San Sebastián en vez de atacarlo y hoy van a adorarlo con la reverencia de la procesión.
Ea cual fuere su origen vemos claramente diferenciados tres grupos de elementos:
a) Ancestrales: (Actualmente) Carantoñas / Vaca-Tora (Siglo pasado) Galán y madama. (Desaparecida hace 20 años y recuperada hoy.) Carantoñina.
b) Religiosos: Santo / Misa / Procesión / Reverencia / Loa.
b) Laicos: Mayordomo / Tamborilero / Tiraores / Regaoras.
Hay películas y reportajes en los que aparecen hombres que parecen calcos de las carantoñas de Acehuche. Estos aparecen en la película búlgara "Cuerno de cabra" y en una italiana titulada "Una questión d 'onore" y que transcurra en Córcega. También en la realidad se celebran en estos países fiestas que tienen muchas semejanzas con las carantoñas. También estas fiestas tienen lugar en Brasil.
Según otras interpretaciones, la zona de Acehúche era una zona de ganadería principalmente ganadera, ya desde la época prerromana. Esta fiesta podría estar relacionada con un momento de inactividad pastoril en el cual los pastores se reunían en las aldeas. Este sería un momento propicio para la fiesta.
En otro sentido se puede relacionar la fiesta con las Kalendae Ianuariae que tradicionalmente tenía lugar a fines y principios de año y que se unificaron con esta denominación en los últimos momentos de Imperio Romano.
Las descripciones que dan los Santos Padres de la Iglesia y los cánones eclesiásticos, principalmente hacen hincapié en que los hombres adquirían apariencia mujeril o de animales, que podrían representar los de mayor interés económico para cada zona y que, en este caso, son cabras y ovejas. La influencia que esta fiesta de las carantoñas tiene para los niños de hasta seis o siete años es negativa, porque le dan miedo las carantoñas y no se atreven a salir a la calle hasta que éstas desaparecen de las calles del pueblo.
Esta es la versión de la fiesta que más atrae al estudioso o al visitante que busca encontrar significado a tan singular celebración. Pero hay otra cuestión que podemos considerar muy importante y digna de reflejar, y es la visión y el concepto que de la fiesta tiene el ciudadano acehucheño. Los acehucheños, mayoritariamente, creen o quieren creer como cierta la historia que establece los orígenes de las carantoñas y el que San Sebastián sea el personaje central de las fiestas en algo puramente religioso, desdeñando cuantas hipótesis se barajan acerca del origen pagano o incluso una mezcla de éste y aquel. De ahí la enorme devoción de los acehucheños hacia la figura y el recuerdo de San Sebastián. A la mayoría de acehucheños no les preocupa en demasía encontrar argumentos sólidos y fiables que ayuden a descifrar el enigma que, quiérase o no, representan diversos personajes y escenas que se suceden durante la celebración de las fiestas. Para los acehucheños lo más importante es emocionarse ante la viva imagen de San Sebastián, patrón de Acehuche y protector impertérrito del transcurrir diario de sus vecinos.