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LA SABIDURÍA DE LA TERCERA EDAD

websitebuilder • 6 de agosto de 2019

LA SABIDURÍA DE LA TERCERA EDAD

La sabiduría de las personas mayores es infinita, solo necesitan que estemos dispuestos a escuchar con el corazón sus historias de vida y sobre la vida. Que estemos dispuestos a apreciar la sabiduría que solo los años les ha permitido adquirir. Ellos y ellas son el mejor ejemplo de que «el diablo sabe más por viejo que por diablo», y este sería solo uno de los refranes de los muchos que podrían citar. Ellos te aconsejan basándose en su propia experiencia, en sus triunfos y en sus derrotas. 
La vida tiene matices, no todo es blanco o negro, en realidad hay pocas cosas que lo sean y cuando escuchas sus historias te das cuenta de ello. Si prestas atención descubres cómo las distintas vivencias van construyendo toda una vida. Una vida en la que momentos clave, momentos impactantes, incluso algunos instantes inolvidables son los que marcarán nuestro carácter y construirán nuestra historia de vida. 

El viajar por distintas lugares del mundo me ha permitido conocer muchas historias de distintas personas. Dándome la oportunidad de escucharles, comprenderles y empaparme de su cariño y por supuesto de su sabiduría.

Por otro lado, conversar con personas mayores te ayuda a creer en el amor con más fuerza que nunca. Parejas que duran más de treinta, cuarenta, cincuenta o hasta sesenta años juntas. Superando dificultades de todo tipo, como un gran equipo. Viudos o viudas que con gran pesar añoran a su compañero de vida. Lo recuerdan con cariño y agradecimiento. Recordando grandes y pequeños detalles como: lo gran padre o madre que fue, sus bromas, sus aficiones, como le gustaba ir al campo o jugar con sus nietos….

La soledad es el marco de la tristeza que sienten muchas personas mayores. Conocer la soledad también forma parte de su sabiduría. Soledad que sienten a veces por no querer molestar, en otras ocasiones porque se han distanciado de su familia y en algunas otras porque no tienen o no les queda apenas familia ni amigos.
Hay historias de todo tipo. Muchos hijos no quieren saber nada de sus padres, con razón o sin razón, no soy quien para juzgarles. Pero si sospecho que algunas personas mayores si pudieran retroceder en el tiempo harían las cosas de otra forma.

Cuando somos jóvenes nunca pensamos que algún día seremos viejos y que nuestros actos de hoy pueden tener graves consecuencias mañana. Que no tratar bien a la gente, no esforzarnos en relacionarnos con los demás, nos puede aislar de los seres humanos, de la sociedad e incluso de nuestros seres más queridos.

Agradecer forma parte de la sabiduría de las personas mayores. Agradecen la vida que han tenido, entendiendo que su periplo ha sido largo y que el hecho que su corazón lata es un regalo. No reniegan o lamentan las dificultades, entienden que gracias a ellas son lo que son y que ha sido una fascinante dialéctica entre la suerte y su voluntad la que les ha llevado al punto en el que se encuentran. Nunca le dan la espalda a la ilusión.
Nos recuerdan que el trabajo nos humaniza, constituyendo el tapiz sobre el que desarrollamos muchas de nuestras habilidades. Pero que mal hacemos cuando lo convertimos en el centro de nuestras vidas. Las personas mayores suelen lamentar los momentos en los que ellos cayeron en esta tentación y no aquellos en los que sucumbieron a aquellas propuestas para compartir tiempo que venían de su familia o de sus amigos.

Podemos aprender si escuchamos con atención a las personas mayores. Ellos Tienen mucho que enseñarnos sobre la vida, tanto por su experiencia como por el modo en el que la afrontan en la actualidad. Las personas mayores guardan para aquel que las quiera escuchar historias llenas de fortaleza y coraje, de sonrisas y lágrimas, de sol y de lluvia…. Sus historias están llenas de anécdotas de todo tipo, de momentos felices y de momentos no tan felices, incluso tristes. Y lo mejor de todo, es que están deseando compartirlas
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